DEPORTES

 LOS PRIMEROS JUEGOS DEPORTIVOS  ECUATORIANOS

El desarrollo de las competencias deportivas nacionales no tuvieron un avance paralelo al reinicio de los Juegos Olímpicos Modernos, tardaron varios años hasta que una comisión de personajes ecua-torianos con visión deportiva, representantes de las Federaciones Deportivas Provinciales que ya comenzaron a fundarse por entonces decidieron organizar las “Primeras Olimpiadas Nacionales” en la ciudad de Riobamba el 14 de marzo de 1926 en plena vorágine de la Revolución Juliana, auspiciada por los miembros que  conformaron la Junta de Gobierno Nacional entre 1925 y 1926, destacados políticos de esa época que apoyaron definitivamente su realización, ellos fueron: Francisco Arízaga  Luque, Luis Napoleón Dillon, Gral. Fran-cisco Gómez de la Torre, Isidro Ayora, Pedro Pablo Egüez, Julio E.  Moreno.

Las Primeras Olimpiadas   Ecuatorianas se inauguraron en un marco solemne con la intervención de las Federaciones Deportivas del Chimborazo, Pichincha, Azuay, Guayas, y Tungurahua.
Título entregado a los atletas campeones en la Primera Olimpiada realizada en Riobamba en 1926

Los deportes en los que se compitió fueron: Atletismo, Baloncesto, Box, Ciclismo, Esgrima, Fútbol, Tenis de campo, Tiro, Ajedrez.

Abanderados, Delegados, Tenistas y Atletas

Basquetbolistas y Boxeadores

Aquellos  eran otros tiempos de mucha inocencia, de escaso desarro-llo industrial y de atraso en todos los ámbitos del convivir ciudadano, en donde se daba gran valor a la palabra de honor a tal punto que las damas jóvenes ya tenían arreglado su matrimonio gracias a los bue-nos acuerdos de sus padres, así ella no esté enamorada; de similar manera el novio se encontraba  en delicada situación.

 Galanteaban furtivamente  a sus amadas los domingos  cuando iban a misa con sus padres y un séquito de sirvientes. Los fines de semana los jóvenes  salían en sus carretas haladas por uno o dos caballos a circundar la manzana perfumada de frondosos rosales.



Equipo de Fútbol


 Ciclistas y Esgrimistas

Entre las contadas distracciones de los habitantes figuraban de cuando en cuando  las carreras de caballos, por las empolvadas calles rectas, una que otra competencia atlética, encuentros de boxeo a puño limpio, la cacería, la corrida de toros.
No se dejaba pasar por alto la fiesta al patrono del lugar, ni la romería por los santos, por la Virgen Santísima de tantas advocaciones y a Jesucristo, ni las escaramuzas que se agitaban al compás de globos, fuegos artificiales, los melancólicos rondadores, bocinas, que con los tambores consolaban a las masas embriagadas. La piedad era su compañera, todos los días a las 20h30 se acostaban religiosamente con el rezo del rosario en familia para levantarse a las 5h30 de la misma forma.


 Deportistas de Tiro

Eran tiempos de casas bajas, con aleros acogedores, de calles angostas y polvorientas, por sus costados circulaban las acequias de aguas no tan puras. Tiempos de fragatas, de barcos de vapor, de la máquina desconocida que hermanaba a la costa con la sierra; de fin-cas y haciendas adornadas  por construcciones señoriales con gran-des extensiones de terrenos  que servían para la agricultura y gana-dería, con la humilde sumisión de los indígenas a sus patrones.

La población se deleitaba con los alimentos que hoy en día ya no se los prepara así; disfrutaban con el pan trabajado en el horno de leña de la casa; los dulces, el maíz, el fréjol, la papa, el arroz de cebada, la sopa de bolón de verde, humitas, tamales cocidos en olla de barro.

Los mayores les mantenían temerosos a los menores con las historietas llenas de suspenso  que les contaban a cerca del “cura sin cabeza”, “el chuzalongo”, “la caja ronca”, “los gagones”. “La dama tapada”...

Ese era el tiempo que sirvió de marco para la realización de las primeras Olimpiadas Nacionales, en el que disfrutaron los abuelos, bisabuelos y tatarabuelos.



 Panorámica del Teatro Sucre de Quito en 1900, al frente la Plaza del Teatro, a un costado la calle Guayaquil por donde circulaban los medios de transporte más utilizados. Época en la que el Ecuador intentaba adaptarse a la vida moderna

 Guayaquil en 1895 se aprecia el Mercado de la Orilla en todo su accionar basado en el comercio fluvial por el río Guayas, fue un lugar de ofertas y demandas con un buen crecimiento económico;  Época de revoluciones políticas, sociales y religiosas...



En 1930 la ciudad  de Cuenca presentaba una imagen de escaso desarrollo urbanístico; en los demás aspectos de la vida cotidiana era similar.